Alessa Polga*
En la rueda de prensa del lunes seis de enero de 2025, se hace ver que Justin Trudeau renunció como primer ministro. Pero eso no es tan cierto, he aquí las razones.
A primera vista, puede parecer que Justin Trudeau renunció esta mañana como primer ministro. Pero si se escucha con atención su discurso, se trata de una acción condicionada: renunciará como líder del Partido Liberal solo después de que el Partido Liberal elija a su nuevo líder. Lo que podría ser dentro de muchos meses, ya que organizar una elección interna de liderazgo del partido suele al menos requerir 140 días, según las regulaciones de Elecciones Canadá.
Esto no es más que una estrategia dilatoria para asegurarse de que nadie lo expulse. Trudeau convenció a la Gobernadora General (que es la representación de la Corona británica) para que suspenda todos los asuntos parlamentarios (cerrar el Parlamento). La Gobernadora General es la figura legislativa que realmente gobierna, no el primer ministro, que es la cabeza de gobierno en un sistema parlamentario.
Para escapar a cualquier escrutinio o rendición de cuentas, los parlamentarios no podrán votar para expulsarlo en una moción de censura. Trudeau se aferrará al poder y a todas las ventajas de ser primer ministro todo el tiempo que pueda. Incluso cuando el Parlamento regrese el 24 de marzo, no dijo que renunciaría entonces. Probablemente todavía esté negociando con el NDP (Nuevo Partido Democrático) para que lo apoyen, como siempre lo ha hecho bajo este gobierno de coalición.
En Canadá existen dos tipos de gobierno: mayoritario, cuando controlas más del 65% de los escaños, o minoritario, con el 51%, donde te ves obligado a hacer coaliciones con otros partidos para controlar la aprobación de leyes y presupuestos dentro del Parlamento.
En otras palabras, nada ha cambiado realmente, aparte de que Trudeau ha logrado ganar tiempo para evitar asumir la responsabilidad, una vez más. En su discurso, no asumió ninguna responsabilidad. Culpó a las “batallas internas” en su propio partido, algo que es falso. Lo cierto es que Trudeau cuenta con menos de un 11% de popularidad en la intención de voto, y esta es una estrategia del Partido Liberal para no naufragar junto con él.
Pretende que no ha hecho nada malo, nunca. Trudeau acudirá a cada amigo, a cada uno que obtuvo contratos y beneficios, a cada donante, para ofrecerles puestos lucrativos de clientelismo. Firmará contratos masivos de fuente única con sus amigos. Es muy probable que trate de aprobar órdenes ejecutivas insensatas. También existe la posibilidad de que asalte la tesorería como nunca antes.
Tratarán de desaparecer los documentos incriminatorios y borrará correos electrónicos, como Hillary Clinton, a gran velocidad. Pero hay algo más que es extremadamente peligroso: no solo las reformas electorales, sino las impactantes reglas de membresía del Partido Liberal, que permiten que ciudadanos extranjeros y adolescentes de tan solo 14 años voten para elegir al nuevo líder.
De esa misma forma, el Partido Comunista Chino se infiltró en 11 circunscripciones electorales en las últimas elecciones. Imaginen, por ejemplo, partidarios de Hamas, como Mohamed Fakih, ordenando a sus tropas que se unan en masa al Partido Liberal. Es inconcebible que activistas extranjeros puedan elegir a nuestro primer ministro antes de que al resto de nosotros se nos permita ejercer nuestros derechos como ciudadanos en unas elecciones.
Para él y el Partido Liberal, todo el país está en segundo lugar, mientras que Trudeau pone sus intereses y los de sus amigos liberales en primer lugar.
Entonces, ¿qué deberíamos hacer?
- Presionar a la Gobernadora General y al gobierno de Trudeau. La Gobernadora General jamás debió haber permitido que Trudeau prorrogara el Parlamento, ya que no es por el interés de Canadá, sino por el interés electoral del partido.
Estamos en una crisis de gobierno, más aún con la amenaza de los aranceles anunciada por la nueva administración americana. Los asuntos del país no pueden pasar a un segundo plano ante los intereses privados del Partido Liberal. Es absurdo cuando enfrentamos la peor inflación en la historia de Canadá, la debacle del sistema migratorio y la absoluta debacle financiera.
Sin embargo, se vislumbra una esperanza. La ONG canadiense Centro para la Justicia Constitucional y la Libertad anunció que representará a un grupo de ciudadanos que solicitarán ante la Corte Suprema anular la aceptación por parte de la Gobernadora General y forzar a que el Parlamento sea reabierto.
Si Trudeau y los Liberales pretenden “oxigenar” el ambiente político, lo legal es llamar a elecciones, designar un líder interino y permitir que Canadá mantenga un gobierno funcionando.
*Alessa Polga es una líder destacada en la defensa internacional de los derechos humanos. Como líder del capítulo de LOLA en Canadá, desempeñó un papel fundamental en la coordinación de la campaña de UN Watch, que reunió 350,000 firmas para expulsar a la delegación de Maduro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Experta en Relaciones Públicas y Asesora Política, Alessa aboga incansablemente por los derechos y la libertad de los venezolanos, tanto en Canadá como en el extranjero, mientras también apoya a la comunidad cubano-canadiense a través de sus esfuerzos de defensa. Polga también es miembro de la beca de activismo Maria Oropeza.